Se conoce que para garantizar la inocuidad de los alimentos es fundamental mantener y/o controlar la temperatura de conservación y refrigeración de alimentos dentro de unos límites razonables. Pues bien, el concepto de cadena de frío nos viene a decir que esa inocuidad será totalmente garantizada sólo si ese control de temperatura se mantiene durante todas, y en cada una de las fases por las que pasa el alimento, desde el acopio de materia prima hasta el consumo del alimento por el consumidor final.
¿Por qué es importante la cadena de frío?
Se considera que se ha respetado la cadena de frío de un alimento cuando durante todo el proceso que transcurre desde que el alimento es producido hasta su consumo, ha sido sometido a un control constante de temperatura. Se debe garantizar a su vez, que la temperatura se ha mantenido dentro de un rango establecido (evitando fluctuaciones significativas), específico para cada tipo de alimento.
Nos referimos a este proceso como “cadena” ya que en realidad consta de varios procesos encadenados: acopio de la materia prima, transporte de la materia prima, almacenamiento, procesamiento, empaquetado y embalaje, almacenamiento, distribución, almacenamiento en el punto de venta, transporte hasta el punto de consumo y almacenaje en el punto de consumo.
Se deberá respetar la cadena de frío en todos aquellas materias primas y alimentos cuya estabilidad a temperatura ambiente pudiera verse alterada. De esta manera, conseguimos además de mantener esa estabilidad, prolongar su vida útil, garantizando el mantenimiento de sus propiedades nutricionales y organolépticas, así como su inocuidad para el consumo humano.